En el mundo hay aproximadamente siete mil millones de
personas, pero sólo una de ellas será la que te cambie la vida.
Son miles las miradas con las que nos cruzamos, pero bastará
una para que se pare tu mundo.
Podemos llegar a oír cientos de voces al día, pero sólo una
voz será capaz de estremecer cada una de las partes de tu cuerpo.
De todas las sonrisas del planeta, una sola conseguirá arrancarte
la mejor de las tuyas con el mero hecho de contemplarla.
Hay risas contagiosas, otras que suenan ridículas, risas
tontas, vergonzosas… Pero sólo con una sentirás que deseas escucharla cada uno de tus días.
De la misma forma existen innumerables voces, cada una de
ellas con un tono y un timbre característicos, pero será una sola la que nunca
te cansarás de oír, la que te erice el vello y tenga la capacidad de cambiar tu
estado de ánimo sólo con oírla.
Cuando conozcas a la persona que te haga sentir cada una de estas sensaciones tendrás frente a ti al amor de tu vida, a la persona que resultará ser tu alma gemela. Tendrás la sensación de que, a pesar de ser el típico tópico que puede resultar absurdo, es la mitad que complementa la tuya. Se convertirá en la persona de la que dependa que tú pases a ser la más feliz del planeta, o la más desdichada.
Te despertarás cada día con su nombre rondando tu cabeza, con su mirada, su voz, su sonrisa, su risa, su voz... Y antes de dormirte se convertirá en tu último pensamiento.
Pero entre esos siete mil millones de personas quizá te cruces con otras que lleguen a confundirte, pues sientas que provocan en ti algunas de las sensaciones mencionadas. Pero a veces sólo el tiempo te hará ver que no es esa la persona que hará girar tu mundo de una forma tan mágica que nunca hasta que lo sientas realmente serás capaz de creer.
En otras ocasiones intentarás auto-convencerte de que ya has encontrado a "esa persona", pero el corazón cuando se trata de amar es imposible de engañar.
Yo sólo sé que solo una persona será el amor de tu vida, y que nunca dejará de serlo.
Por ello trata siempre de cuidarla, respetarla, perdonarla, entenderla, amarla por encima de todas las cosas, pues tu felicidad dependerá en gran parte de la suya.